Daniel Paul Schreber (1842-1911) fue un magistrado alemán, candidato al Reichstag en 1884. Tras ser largamente vencido en los comicios, él sufre de una fuerte depresión con síntomas sicóticos. Luego de su recuperación, Schreber intenta retomar su vida, tratando de obtener sobre todo, puestos importantes, a la altura de su ego. Es así que llega a presidir la corte de apelación de Dresde, aunque solo por seis semanas, debido a la reaparición de los síntomas depresivos y un delirio de persecución importante. Esta vez la enfermedad es grave y Schreber es hospitalizado varias veces hasta que es internado en un asilo en 1894. Su médico en la época le diagnostica Paranoia Crónica y se rehúsa, cinco años después, de “liberar” a Schreber, quien se declaraba curado y con ánimos de irse. Un proceso legal comienza entonces. Schreber quería demostrar que podía salir del asilo y es así que escribe “Memorias de un neurópata” que le sirve como defensa ante el tribunal y donde él pone en duda el diagnóstico de paranoia. En 1902 Schreber gana el proceso y se mantendrá alejado de los asilos solo hasta 1907. Paul Schreber muere en 1911 y en ese mismo año, Freud publica “El caso Schreber”. Lo curioso de esta historia es que Freud ilustra una a una sus teorías sobre la paranoia a través de un texto que tenía como uno de sus objetivos contradecir ese diagnóstico. Freud tuvo al menos la delicadeza de esperar el fallecimiento de Paul para publicarlo.
Ahora hagamos un poco de teoría:
La paranoia (no confundir con la forma paranoide de la esquizofrenia) es un delirio sistemático, muy bien organizado, a temática de persecución, amenaza, prejuicio o celos. Este delirio presenta cierta lógica, sobre todo en el encadenamiento de los indicios que confirman siempre la sospecha.

Las principales características de la paranoia son:
• Desconfianza visceral
• Temperamento suspicaz
• Propensión a sentirse rechazado, agredido, perseguido
• Tendencia a coleccionar agravios y rencores
• Espíritu vindicativo
• Hiperinvestimiento narcisista (se hiere fácilmente, megalomanía)
• Celos y erotomanía.
Los principales mecanismos psíquicos en la paranoia son:
• La proyección (sobre todo de pulsiones agresivas y de odio, pero también, según Freud, la proyección de una homosexualidad inconsciente. Muchos de sus predecesores prefieren la teoría de las pulsiones agresivas proyectadas)
• Regresión a formas de satisfacción narcisistas (fundamentalmente de expulsión anal, aunque hoy por hoy se prefiere decir que en la paranoia los trastornos son difusos, a lo largo de todo el desarrollo psíquico)
• Exteriorización del Superyo*(lo que produce el sentimiento de estar observado, estudiado a la lupa, todo el tiempo)
• Disociación defensiva (splitting, auto idealización con desconfianza de los otros)
• Forclusiòn (complejo mecanismo que tiene que ver con la psicopatológica misma de la paranoia, si me preguntan entonces trataré de explicarlo)
• Necesidad de un objeto agresor (que amenaza de invadir nuestra psiquis) para asegurar, mediante la lucha, las fronteras del Yo.
• Como esta lucha es necesaria para el paranoico, él tiende a suscitar en los otros reacciones de hostilidad, estando siempre a la defensiva o atacando de antemano para defenderse o provocando… Así, cuando es finalmente atacado, él es satisfecho, porque “tenía razón” (profecía autorrealizada)
• No hay crítica de la enfermedad (aunque en la práctica he visto que muchos paranoicos aceptan ese diagnóstico, aunque parcialmente, puesto que son convencidos de la existencia de sus queridos enemigos)
*El Superyo es una de las tres instancias psíquicas, con el Yo y el Ello. Viene siendo lo que queda “impreso” en nuestras psiquis de la autoridad parental (las interdicciones, tabúes, moral, etc…)
La paranoia puede verse en múltiples patologías psíquicas y se dice que cada uno de nosotros porta una semilla de paranoia. Existen no solo formas individuales, sino también institucionales, sociales y culturales, de la paranoia. Individuos a fuerte inclinación paranoica son más sensibles a integrar un grupo paranoico. Las sectas, las ideologías, las formas fundamentalistas de la religión, son algunos ejemplos de grupos paranoicos. En este caso el splitting se proyecta a la colectividad: el grupo es idealizado (fuerte investimiento) y todo el que esté fuera es desvalorizado, es un enemigo potencial, disidente, chivo expiatorio, traidor, apóstata, hereje, etc. Las fronteras del Yo a defender, devienen las fronteras del país, o de las creencias, etc. Un dirigente paranoico puede generar fuertes reacciones colectivas, sobre todo en individuos vulnerables. Un colectivo paranoico puede alimentar la desconfianza (incluso entre sus partisanos) como una manera de “generar” más sentimientos paranoicos que finalmente “enquistan” la formación del grupo.
Al escritor de “Memorias…” se le conoce como el “Presidente Schreber”, lo que tanto él deseó. Que yo sepa, él no estuvo nunca en Cuba y no tengo ni idea si tomó alguna vez un daiquiri. Pero, alguien se pregunta aún la razón del anacronismo en el título?